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3/6/13

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Saludología

La ciencia de los saludos es una especialidad que solo los maestros del carisma aprenden a manejar.
Pero todos hemos sido novatos. La situación que pone a trabajar tu cerebro es la que se da cuando, caminando por la calle, tus ojos reconocen a un conocido (suficiente conocido para afirmar que le conoces pero no amigo precisamente). Esperando que no te vea también a ti, todo se vuelve interesante: los edificios, la hora del reloj, los coches que pasan.
Pero el sujeto se aproxima y parece irrumpir en medio de tu camino. Le tienes casi encima cuando solo te quedan dos opciones:
Saludar o no saludar.
Si le saludas, probablemente te mirará con ojos de "¡pero si casi no te conozco!". Si pasas de él, eres un descortés. Solo sabes que la primera opción es mala pero es mejor, así que debes emprenderla: de algún lugar de tus entrañas consigues sacar una voz ronca y grave, y muy, pero que muy baja. Justo cuando el conocido está pasando por tu lado, lo sueltas. La voz tarda un poco en viajar por tu garganta y salir al exterior. Y suena:
- Hola.
Tras tres parpadeos rápidos, rematas tu osadía con un carraspeo. Has salido victorioso de una situación muy complicada, y continúas tu camino con la espalda más erguida.
Justo entonces, todos los que han vivido esta experiencia afirman haber oído una respuesta lejana, y casi inaudible... Pero eso nunca se demostrará.

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